De los diez talleres desarrollados se conectaron alrededor de cuarenta féminas de la región, quienes se manifestaron tremendamente agradecidas por este valioso aporte a sus vidas destacando que fue tremendamente significativo y beneficioso el haber participado.

A fines del año 2019, la Universidad Adventista de Chile (UNACH), adjudicó al Fondo Desarrollo Institucional bajo la línea Emprendimiento Estudiantil, del Ministerio de Educación (Mineduc), a través de la alumna de la Facultad de Ingeniería y Negocios (FAIN), Valentina Vallejos y la actual docente y ex alumna de Pedagogía en Educación Física, Daniela Jara, el proyecto denominado denominado «Fortalecimiento en Educación Ambiental y Actividad Física para Mujeres de Ñuble».

La iniciativa fue desarrollada gracias al apoyo del Centro de Innovación y Emprendimiento (CIE) de la FAIN, la que se enfocó en incentivar el cuidado del medio ambiente y combatir la inactividad física de las mujeres de la región Ñuble en entornos naturales propios de la región. Sin embargo y producto de la pandemia del coronavirus que inicio en marzo de este año, se tuvo que replantear el proyecto para realizarlo vía remota.

Fue así, que en casi tres meses se realizaron diez talleres vía plataforma digital ZOOM, los que se dividieron en 3 temáticas vinculadas entre sí; estas fueron:

1.Educación Ambiental, dirigida por la colaboración de Fundación Basura.

2. Actividad Física, dirigida por la profesora de Ed. Física y Salud, Daniela Jara

3.Trekking, dirigido por Sandra Aguilar, directora de Geotrekking, módulo dedicado a la inserción responsable del mundo natural, permitiendo conocer las rutas que la Región de Ñuble posee.

El 23 de octubre finalizaron los talleres, y el programa de clausura contó con al compañía del asesor encargado de Asuntos Estudiantiles del Mineduc, Diego Poblete; con el Decano de la FAIN, Jaime Lobos y con Barbara Hennig, Seremi de la Mujer de Ñuble, quien expresó sentirse muy orgullosa de las mujeres participantes, «cada una de ustedes tiene mucho que entregar, mucho que aportar, son mujeres lideres que quieren salir adelante, quieren surgir» exacerbó.

De los diez talleres desarrollados se conectaron alrededor de cuarenta féminas de la región, quienes se manifestaron tremendamente agradecidas por este valioso aporte a sus vidas destacando que fue tremendamente significativo y beneficioso el haber participado. «Yo particularmente soy dueña de casa, y me llegó este curso en la mejor manera para mi vida, y gracias a Dios he incentivada por este curso, comencé a ejercitarme, mejoré mi alimentación y encontré en el trekking y el senderismo algo muy apasionante. Ya me estoy organizando con mi familia para que apenas se pueda, salir a explorar» destacó Verónica Lira, participante de las jornadas remotas.

ENTREVISTA

¿Qué significó para ti, como alumna, haber tenido la posibilidad de desarrollar este proyecto?

Toda posibilidad debe tomarse como una oportunidad. Este proyecto se presentó ya al culmine de mi carrera universitaria y eso significó mucho aprendizaje práctico para mi formación académica, es lo que más buscas como estudiante, instancias cercanas a la realidad y este proyecto me lo permitió. Pero además, aprender a atender las necesidades de otras personas, porque creo que cada idea por muy interesante que parezca debe tener un trasfondo más noble, no sólo por los beneficios personales que traerá el desarrollo de ellas, si no por el impacto que podría significar en la vida de los demás. Cuando avanzas con esa convicción clara, a pesar del cansancio y esfuerzo extra que requieren estas iniciativas, los resultados son invaluables, porque aportas con un granito de arena en la vida de alguien que lo necesitaba.

¿Cómo llegaste a liderar este proyecto?

Gracias al Fondo del Ministerio de Educación, bajo la línea de Emprendimiento Estudiantil, pude realizar una postulación como alumna en colaboración de una docente, lo cual era requisito, para postular. El Director del CIE, me orientó para postular y redactar la idea que junto a la profesora de Educación Física y Salud, Daniela Jara, habíamos conversado sólo una vez y por teléfono. A Daniela y a mí nos encanta la naturaleza y todo lo que se pueda aprovechar de ella, por eso un día, Daniela me llamó para ver si podíamos armar algún proyecto enfocado sólo en mujeres y en la montaña. Esa misma tarde, el profesor Gerson me habló del fondo que cerraba al día siguiente. Fue una noche y mañana que nos tomó con Daniela aterrizar esa idea, pero gracias al apoyo del Centro de Innovación y Emprendimiento pudimos pulir varias cosas y enviarla sin saber que era una posibilidad real poder adjudicar, yo nunca tuve tantas expectativas la verdad. Pero así fue, y antes de que terminara el año 2019 recibimos la respuesta que nuestra propuesta había sido seleccionada. En el camino se tuvieron que replantear varias cosas producto de la crisis sanitaria, pero no fue impedimento para llevar a cabo este proyecto hecho por y para las mujeres de nuestra región Ñuble. 

¿Qué te motivó a realizarlo?

Mi motivación siempre es aprender, siento que sé tan poco de todo, y cada vez que aprendo algo se me abre un mundo mucho mayor y me doy cuenta lo pequeña que soy, y eso me encanta, darme cuenta que aún hay mucho por aprender. Y ojo, que no es sólo en conocimiento, es aprender a ser y saber hacer las cosas, eso es infinito y valioso. Entonces estas posibilidades te lo permiten, no encerrado sin hacer nada, hay que dar ese paso y ver si sale, si no, no es perdida de tiempo, sigues aprendiendo. Además, las temáticas que con Daniela queríamos trabajar me gustan muchísimo, la educación ambiental, la actividad física, el turismo en la región, todo vinculado a concientizar y sensibilizar a la población, fue algo que me motivó aún más, para avanzar con la idea. 

¿Cómo elegiste el tema?

En ningún momento pensamos en otro tema, las actividades que nos gusta hacer a mi y a Daniela tienen que ver con la naturaleza y desde allí parte la idea de desarrollar algo vinculado con eso que nos gusta. Sin embargo, no somos expertas y también solicitamos ayuda de los que si lo eran, quisimos abordar temáticas que hoy más que nunca, son urgentes de atender, por ejemplo la educación ambiental y la inserción responsable en la naturaleza a través de la disciplina del Trrekking, para ello nos ayudó la fundación basura y Geotrekking, ambas entidades lideradas por mujeres. Ya con actividad física y salud, Daniela preparó unas clases buenísimas en colaboración con una nutricionista y psicóloga, todas mujeres. Con estas temáticas nuestro objetivo era concientizar y sensibilizar lo que nuestras actividades impactan a futuro tanto personal como con el medio ambiente. De esta forma, generamos un vínculo con lo que amamos (en este caso la naturaleza) y sólo de esa manera vamos a querer cuidar y hacernos responsable de aquello. Eso queríamos traspasar, nuestro amor por la naturaleza pero que empieza por cambios y pequeños aportes desde casa. 

¿Cuáles eran tus expectativas al respecto?

Sinceramente no pensaba que nuestra propuesta sería adjudicada, quizás eso deja ver que no tenía tantas expectativas, pero una vez que se hizo real la responsabilidad de ejecutar el proyecto, mis expectativas también nacieron, puede ser la emoción, la adrenalina de lo nuevo, entre otros sentimientos,  pero si no te pones expectativas positivas (y reales por lo demás) puedes terminar haciendo un trabajo mediocre y sin impacto. Sin embargo, todas fueron superadas, casi 40 mujeres participantes nos hacían saber lo que beneficioso que eran las clases semana a semana para ellas, y el cierre del proyecto habló por sí solo, por que eran ellas las que dejaban en evidencia lo valioso que había sido este programa para sus vidas en tiempos de pandemia, quedaron motivadas, poniendo en práctica contenidos, y muy felices por le ejecución del proyecto. Con los testimonios de las personas involucradas, nuestras expectativas se vieron totalmente superadas. 

¿Qué crees que fue lo más importante de haber podido desarrollar este proyecto?

Aportar un granito de arena en la vida de las mujeres que participaron del proyecto, así lo expresaron ellas, y sin eso no importaba lo atractiva o buena de la idea que habíamos impulsado con Daniela, lo más importante era la experiencia de ellas. Creo que aún así, hay muchas cosas que se podrían hacer mejor, pero es parte del camino del aprendizaje, lo importante es aprender para así aportar de la mejor manera en la vida de los demás. Este proyecto me enseñó todo eso, fue aprender más de mi área, pero también aprender más de cómo servir con lo que hago, las necesidades e intereses de otros.

¿Qué le dirías a tus compañeros para motivarlos a realizar este tipo de iniciativas?

Primero que todo, que compartan sus ideas, muchas veces pensamos que al compartir nuestros proyectos puede venir otro y nos quitará la idea, pero es peor no compartir nada, de esta manera encontrarás amigos, desconocidos, familiares, que podrían ayudarte a potenciar lo que tienes en mente. Segundo, que busquen apoyo, porque lo hay y mucho, ya sea de parte de instituciones públicas o privadas que están ahí esperando por nuestras ideas, para eso pregunten, consulten y busquen. Yo no tenía idea de este fondo, y eso que llevaba 4 años ya como estudiante, pero nunca pregunté tampoco, por eso no duden en acercarse a aquellos que podrían ayudarlos. Acá, por ejemplo, está el CIE, que a mi me apoyó un montón y espero siga así. Tercero, que no se limiten con su área de estudio, estoy convencida que la carrera nos ayuda y es necesaria, pero todos tenemos múltiples áreas anexas a lo que estudiamos que nos gusta hacer, piensen en eso que les gusta, poténcienlo con sus habilidades y/o estudios y de seguro saldrán ideas muy buenas. Y por último y lo más importante; no se olviden de orar, para algunos puede ser poco significativo, pero cada paso por pequeño que sea, tiene una inmensa diferencia si lo hacemos tomados de la mano de Dios, les invito a probar y ver que tal.